viernes, 7 de agosto de 2015

El arrabal, el suburbio



Quizá una demostración muy efectiva de esta teoría puede encontrarse recurriendo al lenguaje, en el que ha quedado como fosilizada la historia de estas concepciones de la ciudad. En latín, suburbio quiere decir lo que está bajo la ciudad[1]. Sin embargo, con esa palabra se designan cosas distintas según la lengua moderna que la utiliza; mientras para los que hablamos lenguas romances, suburbio todavía mantiene una vieja connotación despectiva, los de lenguas anglogermánicas llaman así a sus zonas residenciales, que para ellos son lugares apetecibles para vivir y así, dan a la palabra un sentido digno.
Lo cierto es que la connotación despectiva de la palabra es la tradicional, pues los americanos del norte llaman al centro de la ciudad downtown y los alemanes unterstadt, que en ambos casos también significa lo bajo de la ciudad[2] en un evidente contrasentido.
Si en dos idiomas importantes del norte, se denomina con la misma expresión a dos barrios tan opuestos en las ciudades, se debe a que la utilización de suburbio es un residuo de su vieja civilización por los romanos. Pareciera que mal entendida, aunque aplicada al barrio que corresponde, la palabra ha tomado un sentido contrario al original y acorde con la idea nórdica de la ciudad; por el contrario, las designaciones del centro urbano en los idiomas nórdicos se ha hecho de modo perfectamente cons­ciente y, aun para los iletrados, es comprensible. Como la escala de valores que se expresa con las palabras alto y bajo, en todas las culturas es la misma, es claro lo que cada cual piensa sobre la importancia de cada una de estas dos partes de la ciudad. El escaso conocimiento del latín de las nuevas generaciones, hace que ya falte poco para que la palabra suburbio, cada día menos utilizada en nuestras latitudes, llegue de nuevo con su sentido errado y pueda ser elegante vivir en uno de ellos, ser un suburbial o, con la palabra árabe, un arrabalero.
Como añadido al entendimiento que el mediterráneo tenía de la parte baja de su ciudad, los cincuentones podemos recordar una frase que se decía hace muchos años; cuando los de los pueblos cercanos a la ciudad iban a ésta, decían: “voy a subir a la ciudad”.


[1] Refiriéndose claramente a las ciudades fuertes, situadas en cimas de oteros, los barrios extramuros están abajo.
[2] Denominación que probablemente sea fruto de la situación tradicional del hito respecto a las cabañas de vivienda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario