viernes, 13 de marzo de 2015

De la cueva a la casa



De lo relatado en la entrada anterior se puede tomar pie para aventurar una idea sobre los pasos por los que se llegó desde la cueva a un poblado como Çatal Höyük. Para poder llegar a un fin son necesarios unos medios; en ciertos casos, quién busca el fin debe inventar también los medios y ese sería el camino que tomaría cualquier contemporáneo, pero tal cosa ocurre cuando la invención es algo cotidiano, cuando la mente humana está predispuesta a inventar o saber de nuevas invenciones constantemente. En épocas prehistóricas, cuando era imposible imaginar a lo que llegaría la inventiva unos milenios después, hay que suponer que los medios debían existir de antemano. En el caso que nos ocupa, los medios indispensables son un material y una técnica, y el primer paso, elaborar con ellos un proceso constructivo.

El proceso constructivo

         El descubrimiento del material y el aprendizaje de técnicas cada vez mejores para su manejo, pudieron ser tempranos, pues es fácil que se dieran cuenta de que la arcilla mojada es manejable y que al secarse endurece; entre los primeros usos posibles podemos imaginar cosas sencillas, como allanar el lecho donde reposaban; o, quizá agrandasen la cueva en que vivían excavando en un rincón húmedo; luego pudieron levantar un murete para estrechar una boca de entrada demasiado abierta para la necesaria protección. Todas estas tareas pueden hacerse sin otra herramienta que las manos.
         Un segundo paso pudo ser excavar cuevas artificiales en lugares apetecibles para vivir, pero en los que no hubiese cuevas naturales o, de haberlas, fuera en cantidad insuficiente para la población. La excavación para formar la caverna pudo hacerse mojando la tierra para que se ablandase (las herramientas serían elementales, hachas de piedra o palos endurecidos al fuego como mucho). Cualquier ladera podría servir y era mejor si tuviese algún tipo de estratificación que lo facilitase (alternancia de estratos duros y blandos, p.ej.). En Chinchilla, Albacete, hay un buen ejemplo, pues el otero en que están excavadas las cuevas tiene estratos alternos duros (de piedra) y blandos (de arcilla). Otra posibilidad, avanzando en el desarrollo, es que añadieran un cobertizo artificial agrandando la cueva hacia afuera, paso que pudo ser coetáneo del anterior. En este proceso desarrollaron los elementos necesarios para dar el paso final: hacer las construcciones desde el suelo.
         Este paso lo darían cuando las condiciones geológicas no fueran adecuadas o la pendiente fuera insuficiente. La necesidad se presentó cuando quisieron poblar llanuras fértiles, sin relieve y se vieran obligados a hacer los abrigos completos, incluyendo la cubierta.
         La invención del modo más primitivo de construir pudo seguir un proceso como éste: se excava en el suelo una especie de artesa (humedeciendo la tierra para que sea más manejable) y se levantan unos muros perimetrales de adobe, aprovechando el material extraído en la excavación. Para la cubierta empezaron por apoyar unos rollizos, troncos sencillamente descortezados, en los muros laterales y sobre ellos un entramado de ramas más delgadas para sostener una cubrición hecha con pellas de barro apelmazadas, formando una terraza. El resultado de aplicar este sistema constructivo es una auténtica cueva artificial. Desde el punto de vista tecnológico, la única variación sobre el modelo es el uso de piezas trabajando a flexión para la construcción de la cubierta. Casi podría decirse que esta estructura de cubierta sirve como una especie encofrado perdido para realizar esa bóveda natural que falta.
         Si se sigue la evolución de este sistema constructivo, se llega al empleado en Çatalhöyük: sus casas ya no tienen nada de naturales, están construidas por completo por mano humana, como las descritas, pero las vigas son escuadradas, lo que implica el uso de herramientas más avanzadas. Aun así, ciertos detalles denotan su posible origen: una sola abertura en la cubierta sirve de puerta de paso, salida de humos y para dar luz y ventilación, lo que concuerda con las características de una cueva.

La medianería

         Por naturaleza, las cuevas están una junto a otra, especialmente cuando son excavadas; aunque las más antiguas estuvieran separadas por un espesor de tierra considerable, la separación pudo irse reduciendo poco a poco para ganar más espacio, hasta quedar del espesor mínimo posible. Casi obligatoriamente, el constructor de casas de adobe tuvo que copiar esta disposición, haciendo las casas adosadas.
         Si por alguna extraña razón, alguien hubiera tenido la revolucionaria idea de hacer las casas separadas, se hubiera encontrado con problemas añadidos, que se evitan con la construcción adosada: los muros perimetrales en medianería quedan protegidos de la lluvia, ante la cual el adobe, desnudo, tiene un comportamiento poco satisfactorio. Además, una medianera compartida supone hacer la mitad de trabajo que hacer dos muros medianeros adosados. Son ventajas de tipo práctico pero que seguramente dieron razones poderosas a los primitivos constructores para no variar de disposición urbana, muy desde el principio.

La defensa

         Si todo el proceso descrito tiende a asemejar la casa primitiva con la cueva, hay otro detalle notable que conviene destacar; no se refiere propiamente a las casas, sino a la ordenación, a la propia disposición urbana: Çatal Höyük está en un llano, situación poco adecuada para la defensa; la mayoría de las ciudades, muy probablemente desde poco después, están en las cimas, lo que proporciona mejores condiciones. Una explicación de esta singularidad es, que se aprovecha la construcción para habitar en un lugar donde no hay cuevas naturales ni laderas donde se puedan excavar. Así pues, Çatal Höyük resulta ser un adecuado ejemplo del paso entre el poblado rupestre y la ciudad mediterránea ya casi conformada.

         Este proceso de paso desde la caverna a la casa construida parece un comienzo de la construcción mucho más natural que buscar el origen en las cabañas. Refleja la constante lucha del humano para vencer las dificultades que le va oponiendo Naturaleza: primero encuentra el modo de vivir cuando no hay una cueva natural, luego construye en terrenos que no son geológicamente favorables y para terminar corrige los problemas defensivos que tiene la primera situación; ésto, con posterioridad a Çatal Höyük.

         A lo largo de unos milenios se creó la ciudad y los sistemas constructivos a partir del viejo poblado rupestre de un modo natural, sin saltos bruscos e inexplicables.
 

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